Princesa de reino telúrico, es lo que nos queda por el momento: vestirnos de lenguaje, domarlo, jugar con él.
Nuestro ropaje y geografía, todo vuelto tipografía, oraciones y frases. Se nos cuela por los huecos nasales y los ojos pero es nuestro reino. Resistir allí y volver bella cualquier instancia, escarbar en las grietas como aprendimos y dejar inundar todo de amarillo, magenta y cian.
Nos encontramos de a pie, de la mano, del brazo, codo a codo, hombro a hombro. Como guerreros entintados en tierras galácticas. El reino es nuestro.
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